La propuesta consiste en integrar elementos físicos en el espacio, transformando el entorno en un escenario inmersivo que conecta emocionalmente con los clientes. La estrategia se centra en diseñar y producir una serie de elementos físicos que reflejan la esencia de la primavera, utilizando materiales sostenibles que están en armonía con los valores de la marca. El resultado son unas geometrías únicas que, al combinarse, forman flores estilizadas con un diseño fresco y una gama cromática intensa. Estas creaciones, colocadas estratégicamente entre los lineales de producto, no solo decoran, sino que también generan un fuerte impacto visual y emocional.

Este lenguaje visual, vibrante y orgánico, transforma el espacio en una experiencia sensorial completa, donde los colores, las formas y los materiales dialogan con la luz natural y con el público. Las flores no son solo decoración: simbólicamente, son una invitación a vivir la primavera de una manera consciente y cercana a la naturaleza.